Cualquier época del año es buena para acercarse a conocer y disfrutar de los encantos que Toro y sus alrededores ofrecen a sus visitantes, pero en verano, el calendario nos señala fechas especiales, el sol realza los paisajes llenándolos de luz y color, y el buen tiempo nos invita a descubrir, pasear y curiosear, relajarnos o no parar. Tú eliges.
Entre las muchas y variadas razones que podemos darte para que te acerques hasta Toro, especialmente en verano, aquí te dejamos unas cuantas, que no son más que el inicio de una larga lista que tú mismo descubrirás cuando vengas.
1 – Contemplar, sin prisas, un brillante amanecer o una puesta de sol sobre la Vega del Duero, desde el mirador del Paseo del Espolón.
2 – Disfrutar del animado ambiente que se vive durante las Ferias y Fiestas de San Agustín.
3 – Sentarse en una de las muchas terrazas de la Plaza Mayor, o de cualquier otra zona de la ciudad, y degustar unas ricas tapas acompañadas de una copa de vino de Toro.
4 – Realizar la ruta que nos llevará por la ribera norte del Duero, entre el Puente de Piedra y el de Hierro. Siguiendo el cauce del río, disfrutaremos, en plena naturaleza, de fuentes y paisajes de singular belleza, como las Barranqueras del Canto.
5 – Disfrutar del buen tiempo y la naturaleza, con una comida o merienda campestre en la Pradera del Cristo de las Batallas.
6 – Visitar una bodega y sus viñedos, para presenciar el singular espectáculo del cambio de color de los racimos. Es la época del envero.
7 – Participar en la fiesta de la Patrona de Toro, la Virgen del Canto, y su tradicional ofrenda floral.
8 – Sol y luz, colores y sabores de verano, … ¡Ven!, y descubre tú mismo, mil y una razones más.
Contemplar todo el arte que tiene la ciudad.