En 1987 se reconoció la Denominación de Origen Toro y se aprobó su Reglamento y el de su Consejo Regulador.
A partir de entonces, a lo largo de los artículos de este Reglamento, y de lo establecido en el «Pliego de condiciones de la D. O. Toro», encontramos, perfectamente detallados, los requisitos de producción, elaboración y crianza, y el resto de características de los vinos pertenecientes a esta Denominación de Origen y de la propia Denominación de Origen Toro.
Aquí tenéis algunos detalles de estas principales características.