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 LO QUE YA NOS HAN CONTADO

 
MERECE LA PENA CONOCER TORO

He tenido la suerte de poder visitar Toro, de mano de un familiar que es un enamorado de esa zona, y la verdad es que tiene mucho encanto. Visitamos una bodega y me encantó probar los vinos e ir a tapear. Las vistas desde el paseo del Espolón: ¡espectaculares! Además de ser un lugar precioso, no dejéis de probar sus vinos y su gastronomía.

AGRADABLE

Veníamos de vuelta a Zamora después de un fin de semana familiar en otra comunidad y decidimos parar en Toro a ver cómo iban los preparativos para «Las Edades del Hombre». Ciudad encantadora, amable y tranquila. Una ciudad con encanto.
Visitamos sus calles y algunos de sus edificios más importantes. Los edificios más relevantes estaban cerrados. Sólamente pudimos visitar una iglesia mudéjar a la que no entramos por el alto coste de entrada para lo que nos ofrecían para ver y porque íbamos con 3 niños. No nos ofrecieron descuento por familia numerosa o niños gratis, etc.
Me sorprendió positivamente que la oficina de información y turismo estuviera abierta a las 17 h. de un domingo y algún museo iglesia abierto. Sería lo normal en lugares que quieren potenciar el turismo y me sorprendió gratamente.
La oficina de turismo parecía un pequeño almacén de trastos aunque el trato y la información fue exquisita (la empleada no tiene culpa del uso complementario que tiene la oficina).
Me sorprendió que a una semana de la inauguración de «Las Edades del Hombre», la Colegiata aún estuviera con obras de acondicionamiento y, me gustaría señalar, que el mirador que se encuentra en la plaza de la Colegiata tiene unas protecciones un poco deficientes para con los menores que se acerquen por allí.
Pediría a los organizadores que tengan en cuenta este tema y a los padres de niños que extremen la precaución.
En general, una visita muy agradable para hacerla con niños y una ilustre ciudad muy desconocida.

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