Según la Real Academia de la Lengua Española, «catar» significa probar, gustar algo para examinar su sabor o sazón.
Para la inmensa mayoría, catar un vino se queda simplemente en eso, en saborearlo y comprobar si su gusto y aroma son agradables para el paladar.
Sin embargo, la cata de un vino es mucho más, y los expertos lo saben muy bien. Se trata de presentarlo a nuestros sentidos, pricipalmente al ofato, la vista y el gusto, e ir analizando todas las sensaciones que en ellos produce.
De forma muy resumida, el orden a seguir cuando se realiza una cata es el siguiente:
1º – Tras descorchar la botella, hasta nuestro olfato comenzarán a llegar las primeras sensaciones.
2º – Inmediatamente servimos el vino en una copa, la agitamos y al oler ya podremos realizar una apreciación directa de los aromas.
3º – Comienza la fase visual, en la que se observará el brillo y color del líquido, y de éste, el amarillo como índice de edad.
4º – Le toca el turno a nuestro sentido del gusto con el llamado «paso a boca». Mantendremos el vino durante unos 5 segundos en la cavidad bucal con la boca cerrada para apreciar la existencia de CO2 por el picor que produce en nuestra lengua. Si es vino joven, tendrá aún gas y picará en la punta de la lengua.
5º – Succionaremos aire por la boca para realizar una apreciación olfativa retronasal. Se absorbe aire a través del vino para, intermitentemente, cerrar la boca y expulsarlo por la nariz. Es la retroolfatación.
6º – Tragamos el vino, o bien lo expulsamos.
7º – Inmediatamente valoraremos la sensación que nos ha dejado en el área peridental, en la lengua y en el paladar.
8º – Definimos el retrogusto dejado, si deja recuerdo ácido, amargo o áspero, en qué zona de la boca y el tiempo que perdura.
9º – Finalmente, agitamos de nuevo la copa y volvemos a oler el vino, comparando su olor con el recuerdo de la primera apreciación olfativa directa que hicimos en el paso 2º.
Tras haber realizado estos pasos, nuestros sentidos ya podrán describir muchas de las cualidades del vino que acabamos de catar, por ejemplo: color rojo picota, con aromas a frutas del bosque y notas de vainilla, y en boca amplio y carnoso.
Y ahora que ya sabes un poquito de la teoría, ¿te animas a practicar? Apúntate a hacer una cata de los excelentes vinos D. O. Toro.
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original, sencillo , moderno, bonito
Muchas gracias, Paquita. Siempre es más fácil aprender y recordar lo explicado de forma sencilla y breve, ¿verdad?
Un saludo.
Estupendo. Mientras leo el artículo disfruto con imaginación.