Hoy día, cuando escuchamos la palabra sommelier o su acepción en español, sumiller, rápidamente pensamos en una persona experta y conocedora a la perfección de las características y matices de cada tipo de vino, que en un buen restaurante, nos aconsejará y recomendará el mejor vino para acompañar nuestra mesa.
Que la palabra «sommelier» suena muy «a francés», lo tenemos claro. Y ése es realmente el idioma del que etimológicamente deriva.
Lo que seguramente no imaginemos, es el origen de esta profesión.
Para buscarlo, debemos remontarnos hasta la Edad Media en Francia.
En aquella época, la nobleza y los grandes señores, cuando realizaban un viaje transportaban sus enseres en carromatos y a lomos de burros y mulos de carga, en francés denominados «bêtes de somme» (bestias de carga).
El cuidado y vigilancia de sus más preciadas y valiosas pertenencias, entre las que se encontraba el vino, era encomendado al «sommerier» (cuidador de la carga).
Además de cuidar del vino durante el viaje, al llegar a su destino, el «sommerier» se ocupaba de su almacenaje y de comprobar que seguía en perfectas condiciones para ser servido.
Poco a poco, las tareas encomendadas al «sommerier» fueron aumentando y centrándose ya sólo en el cuidado del vino, y el término «sommerier» derivó a «sommelier», tal y como lo utilizamos ahora.
Curioso, ¿verdad?
VOLVER A «CURIOSIDADES DEL VINO»
Me ha encantado saber de donde procedia la profesion de sommelier, realmente curioso.
Cuanto aprendemos con vosotros. Saludos.
Muchas gracias, Pepi, por tu comentario.
Un placer que Vinotoroteca, además de para entretener, sirva para que todos aprendamos curiosidades, anécdotas y muchas cosas interesantes. Aprende tanto quien lo lee como quien lo escribe. Un saludo.